Gasolineras flotantes contaminan el Mediterráneo

El estrecho de Gibraltar, un rico ecosistema acosado por el 'bunkering'

Fecha de Publicación
: 15/12/2012
Fuente: EFEverde
País/Región: Mediterráneo


Las aguas del estrecho de Gibraltar, enlace del mar Mediterráneo y el océano Atlántico, son un estratégico enclave que acoge cada año migraciones de numerosas especies, desde orcas a atunes rojos, y alberga una rica biodiversidad marina, todo un sistema que convive con amenazas como las gasolineras flotantes.
Más de un centenar de especies como nidarios, corales, medusas, gorgonias, anémonas o bivalvos excepcionales como los Pinna rudis viven en el fondo marino de estas aguas, ha explicado a EFE Jorge Saez, coordinador de medio marino de Ecologistas en Acción.
Un hábitat frágil ubicado en la Bahía de Algeciras y en el que también viven numerosas especies de peces, entre otras una colonia estable de unos 1.700 delfines, junto a otros cetáceos, como el calderón común, rorcuales o tiburones.
Además de su riqueza estable, el estrecho de Gibraltar es también un paso importante en las migraciones de especies como las orcas y túnidos como los atunes rojos, que cada año circulan por esas aguas en sus viajes desde el Mediterráneo al Atlántico.
La especial hidrodinámica de las aguas del lugar forman parte del secreto que hace que allí haya un ecosistema de interés en el que aún hoy en día se han descubierto especies nuevas para la ciencia, como resalta Manuel García, otro miembro de Ecologistas en Acción.
Todo un ecosistema que convive en un espacio, el estrecho de Gibraltar, por el que anualmente circulan unos cien mil buques mercantes que, además aprovechan el paso para repostar combustible, lo que hace que en esta zona se trasiegue con siete millones de toneladas de fuel al año, según los datos facilitados a Efe por Antonio Muñoz, portavoz de la organización ecologista Verdemar.
Para repostar, los buques tienen en este espacio dos opciones, fondear en el puerto de Algeciras para que una gabarra les suministre, o acudir a Gibraltar, que tiene actualmente alrededor de las aguas que rodean el Peñón tres gasolineras flotantes que, para los ecologistas, constituyen un verdadero peligro.
En estas gasolineras flotantes, según los datos recogidos por Verdemar, se ha pasado de trasvasar 0,8 millones de toneladas de combustible en 1990, a las cinco millones que se vendieron el año pasado.
"La mayoría de los barcos van donde el combustible es más barato, donde pagan menos tasas de fondeo y donde pasan más desapercibidos", explica el portavoz de esta organización ecologista, que señala que estas gasolineras flotantes pueden albergar cien mil toneladas de fuel cada una y están en una zona en la que los fuertes temporales han llevado en ocasiones a que estos buques estén a la deriva.
Los ecologistas han denunciado reiteradamente en España y en organismos internacionales esta actividad porque consideran que esta forma de avituallamiento no debe ser legal, y porque aseguran que, sin haber accidentes, los vertidos al mar son constantes.
El Gobierno español pretende evitar estas gasolineras flotantes, en una de las medidas que se incluyen en el real decreto por el que ha declarado "Zona de Especial Conservación" el área marítima "Estrecho Oriental".
Otro de los peligros a los que se ha enfrentado la zona son los rellenos con los que desde el Peñón se ha ganado en el lado Este unas tres hectáreas, una ampliación que se ha realizado, según los ecologistas, con materiales como piedras de cantera y desechos de las obras en construcción, en muchos casos procedente de España, y que ha dañado, según los ecologistas, arrecifes de esa zona.
Debido a sus corrientes, el estrecho de Gibraltar tienen una gran cantidad de renovación, lo que hace que sus aguas mantengan la calidad, aunque, según los ecologistas consultados, esto hace también que la contaminación, a la que se suman vertidos de aguas residuales y de basuras, se desplace a lugares aledaños.
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